Continuamos nuestra serie “En la mesa”. Estamos hablando sobre el proceso de nuestras relaciones y cómo ser libres en esas relaciones. La semana pasada hablamos de tener a Jesús en nuestra mesa. Si Jesús no está en nuestra mesa, entonces ninguna otra relación funciona.
El propósito del mensaje hoy es entender que cada amistad o relación debe tener una meta específica. Las relaciones tienen que ser intencionales porque de otra forma podemos tomar el riesgo de establecer relaciones toxicas con las personas incorrectas. La clave aquí es precisión.
Todos los éxitos de la vida son el resultado de iniciar relaciones con la gente correcta y luego fortalecer esas relaciones con buenas destrezas relacionales. De igual modo, los fracasos en la vida casi siempre pueden atribuirse a fallas en las relaciones personales. A veces la conexión es obvia. Enredarse con un cónyuge abusivo, un socio corrupto o un familiar vicioso tarde o temprano ocasionará grandes daños”. –John Maxwell.
