
A lo largo de mi vida me he dado cuenta que muchas personas de región cuando deben marcharse a buscar otro rumbo, también tienen la triste obligación de alejarse de sus medias naranjas, piernas peludas, soulmates o como quieran llamarles. Junto a Nicolás, mi pololo de hace casi 3 años, les contaremos nuestra realidad diaria, que para ser sincerxs tiene muchas más ventajas que desventajas al vivirla (y que a mi parecer es mucho más complicada de resolver). Así que este capítulo no es taaan triste como parece. Esperamos que les guste!
Pd: el niño del medio es Sebastián, mi primito, que más parece ser nuestro hijo postizo. Se derrite por el Nico de la misma forma que lo hago yo jeje.