El 5 de febrero de 2022, ocho personas llegaron baleadas a la urgencia del Hospital El Pino, en San Bernardo. Nunca se supo qué fue lo que ocurrió. Las víctimas, casi todas jóvenes, venían de la villa Cordillera de Los Andes. Allí y solo hace minutos, dos bandas se habían disputado la calle a tiros. El Centro de Investigación y Proyectos Periodísticos (CIP) de la Universidad Diego Portales documentó cada capa de esta historia: una de drogas, plomo y sangre… una, más bien, de abandono en un barrio donde todo ha fallado.
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El 5 de febrero de 2022, ocho personas llegaron baleadas a la urgencia del Hospital El Pino, en San Bernardo. Nunca se supo qué fue lo que ocurrió. Las víctimas, casi todas jóvenes, venían de la villa Cordillera de Los Andes. Allí y solo hace minutos, dos bandas se habían disputado la calle a tiros. El Centro de Investigación y Proyectos Periodísticos (CIP) de la Universidad Diego Portales documentó cada capa de esta historia: una de drogas, plomo y sangre… una, más bien, de abandono en un barrio donde todo ha fallado.
La oleada de baleados que llegó al Hospital El Pino sorprendió a sus funcionarios. Reconocen que el hecho marcó un antes y un después, aunque aseguran que la cantidad de heridos con arma de fuego que reciben ha crecido notoriamente. “Solo se muere quien se olvida”, se canta en el velorio de Nicolás. Sus amigos juran venganza. Antonio está escondido y su madre, Elizabeth, se ve obligada a escapar de la población.
Niños de quién
El 5 de febrero de 2022, ocho personas llegaron baleadas a la urgencia del Hospital El Pino, en San Bernardo. Nunca se supo qué fue lo que ocurrió. Las víctimas, casi todas jóvenes, venían de la villa Cordillera de Los Andes. Allí y solo hace minutos, dos bandas se habían disputado la calle a tiros. El Centro de Investigación y Proyectos Periodísticos (CIP) de la Universidad Diego Portales documentó cada capa de esta historia: una de drogas, plomo y sangre… una, más bien, de abandono en un barrio donde todo ha fallado.