
Los ángeles nos prestan su mirada para reconocernos y ver nuestra luz interior. Su mirada compasiva nos permite recordar quiénes somos, nuestro enorme corazón y que somos seres luminosos, que hemos venido a este mundo a cumplir una misión. Los ángeles nos ven como somos: ¡un alma y un espíritu más allá del cuerpo físico!