
Un episodio sin rodeos: la IA ya hace muchas tareas mejor y más rápido que nosotros, y la universidad —aunque sigue siendo necesaria por el sello y el método— no llega al ritmo del mercado. Hablamos de usar la IA como asistente (no como buscador), de evaluar procesos y criterio, de la brecha que se abre si la prohibimos y de los riesgos que apunta Harari sobre nuestras redes de información. Conclusión: sello dentro, oficio fuera.