
Solo horas antes del anuncio del cierre de la Fundición Ventanas de Codelco, "Naturalmente Conectados" conversó con el biólogo Salvador Donghi para tratar de entender los eventos de contaminación que se suceden cada año en Quintero y Puchuncaví. A raíz de la crisis ambiental desatada entre agosto y octubre de 2018, la Corte Suprema ordenó tomar 15 medidas para prevenir intoxicaciones en la población (inversiones, revisión de la normas, modificación de planos reguladores, entre otras), sin embargo, hasta el día de hoy solo se ha implementado una: el Plan de Descontaminación que rige desde abril de 2019 que, de todos modos, no ha impedido que se repitan episodios con niños y adultos intoxicados por gases y compuestos químicos presentes en el aire. ¿Qué pasa entonces? La emisiones de dióxido de azufre, los compuestos orgánicos volátiles ("COVs"), o el ácido sulfhídrico proveniente de materia orgánica en descomposición, entre otros componentes, son solo parte de un problema sistémico que tienen a Quintero y Puchuncaví convertidos en una zona de sacrificio. "Quintero está contaminado en todos sus recursos naturales: el mar, producto de las termoeléctricas; el suelo, producto de la presencia de arsénico por las emisiones tanto de la Fundición, como de la lluvia ácida en la atmósfera", sentencia nuestro invitado en esta interesante conversación realizada horas antes de un anuncio histórico, decisión que debería ser el inicio de un cúmulo de acciones y no la solución definitiva.
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