Esto que le dijo el Señor a Jeremías es lo que nos dice a cada uno de nosotros todos los días, cuando estamos cansados y a punto de tirar la toalla, el Señor nos habla día a día y nos dice que nos convirtamos a Él, (Convertirnos es pensar como Dios piensa, caminar como Dios camina, dejar nuestra vana manera de vivir). Que si así hacemos entonces estaremos delante del Señor, que si hacemos morir nuestras vilezas y brillaremos y seremos como boca de Dios. El Señor enfatiza que debemos influir en los demás tanto como se pueda y no dejar que los demás influyan en nosotros.