
Desde que estaban en camarines, Alejandra y Marcelo estuvieron hablando de libros. Parecían esos jugadores que calientan antes de entrar a jugar y así fue, jugaron. Cada uno dio muestras del amor que le tienen a la lectura, un amor que supera sus propios trabajos. También hubo lugar para los supermercados y un final donde discutieron "El aleph" de Broges.