
Una vez que surge el concepto "yo soy", la unidad fundamental, nuestro sí mismo esencial, se separa, conceptualmente, claro. Porque en realidad no sucede, pero la mente cree que sí, cree que se separa como sujeto y objeto, en dualidad.
Cuando la conciencia impersonal se manifiesta y se identifica con cada una de las formas físicas, aparece la idea de "yo", y tal noción, al olvidar que no tiene una entidad independiente, al olvidar que no está separada de la totalidad, entonces transforma su subjetividad original en un objeto con voluntades, intenciones, anhelos y deseos y, como consecuencia de esto, y se hace vulnerable al sufrimiento. Esta falsa identidad es precisamente la "esclavitud" de la que se busca liberarse.