
A 10 años del secuestro y desaparición de Diego Maximiliano, su mamá, Verónica Rosas Valenzuela, continúa firme con su incansable búsqueda, alzando la voz en exigencia de justicia y respuestas. Hoy, en memoria de su hijo, sigue haciendo el llamado urgente para que haya un alto a las violencias, a las desapariciones forzadas, a las acciones del gobierno.
El caso de Diego es un reflejo de la vulnerabilidad de los jóvenes, la ineficacia del sistema de justicia, y de la deuda que el Estado tiene con las familias que siguen buscando a sus seres queridos.