
Si nos comprometemos a desarrollar el autoconocimiento para poder por ejemplo, gestionar emociones, abordar conversaciones difíciles, despojarnos de prejuicios, desafiar nuestros propios juicios, ser empáticas, escuchar activamente y escucharnos, desarrollar la resiliencia, tener momentos de reflexión e introspección, podremos liderarnos y liderar de forma eficaz. Podremos alcanzar estados de bienestar y producir bienestar e impactar en nuestro entorno, en los distintos ámbitos en los que vivimos y nos vinculamos.