El contrato está firmado, ahora viene lo difícil: vivir la mentira 24/7.
Emily se muda a la mansión de Luca pensando que será fácil mantener distancias. No contaba con Rosa, el ama de llaves italiana que ve a través de cualquier fachada, ni con que su madre llegara sin aviso desde California para evaluar a su supuesto yerno.
Margaret Carter no es fácil de engañar. Ha criado sola a Emily y conoce cada gesto de su hija. Cuando se sienta frente a Luca en la primera cena familiar, una palabra equivocada podría arruinar todo.
Pero la convivencia diaria desata algo inesperado. Emily descubre que Luca cocina cuando está estresado y tararea ópera sin darse cuenta. Él aprende que ella traza diseños en el aire cuando piensa y tiene pesadillas sobre el ex que le robó todo.
Todo culmina el día de la boda ante treinta invitados. Los votos salen fácil—los han ensayado. Pero cuando llega el momento del beso, algo sale terriblemente mal... o terriblemente bien.
Porque fingir amor ante una audiencia es una cosa. Sentir que el mundo desaparece cuando los labios de tu esposo conveniente tocan los tuyos es completamente diferente.
¿Cuánto tiempo pueden fingir antes de que las líneas entre actuación y realidad desaparezcan por completo?