Julián y su mamá logran salvar a Macrina de las garras de Don Chevo, un hombre malvado, que compra a la jovencita a Chabelo, quien por perder en el juego entrega a su hija a cambio de esa deuda y unos miles más. Por el hecho es que son apresados tanto Julián como Chabelo, y gracias a la mamá de Julián es que llega al pueblo Erika, licenciada del DIF que atiende el caso. La buena mujer intenta por todos los medios liberara a Macrina de aberrante futuro, pero amparados por sus usos y costumbres, dejan libres a todos sin que haya una salvación para la chica, por lo que Erika piensa en llevar el caso y a la chica a la ciudad. Sin embargo, Don Chevo secuestra a Macrina, sin que nadie sepa su paradero, así como tampoco se ha sabido del paradero de las hermanas de la joven, que al igual que ellas fueron vendidas a hombres sin escrúpulos que envían a las jóvenes a prostituirse. María, esposa de Chabelo, y Teresa, hartas de los maltratos de Chabelo y de Don Chevo, deciden denunciarlos. Así es como logran rescatar a Macrina y encarcelar a los malvados hombres que se sentían protegidos por unas costumbres que sólo a ellos les beneficiaba.