Lo primero, jamás pensé que sería una expatriada. Ser expatriada, Dícese de la persona que sale de su país, muchas veces sin la claridad de cuánto tiempo estará en ese nuevo lugar. Este un proceso que implica un Cambio radical, en todos los sentidos. Imagina un árbol cuando lo arrancan de raíz y lo instalan en otro lugar… muchas veces las raíces quedan a carne viva.. de hecho en el campo dicen que hay un tiempo para hacerlo, que no es llegar y trasplantar, deben coincidir clima, época del año y otras variables; también es necesario preparar la tierra, donde será nuevamente plantado ese árbol y requerirá de “cuidados” para que se acostumbre, para que se “aclimate” como decía mi abuelita. Y me vi como ese árbol.. me sentí con mis raíces expuestas, mis dolores, mis conexiones, mis relaciones, mi tierra fueron todas extirpadas… y es heavy sentirte vulnerable frente a la vida, lo incierto emerge como un fantasma.. y duele.. duele mucho.. Pregunte en varios lugares cuales eran los miedos que vivimos la expatriadas y es increíble como se repiten… y muchos resonaron en mi alma.. Algunos de ellos: “no estar cuando algo le suceda a nuetros seres amados”, “no tener cerca a tu red de amigos”, “Para las que somos madres, el miedo a que mis hijos no puedan adaptarse a este cambio”, “no compartir la misma cosmovisión y códigos culturales”, “sentir que no pertenezco”. A mi me surgieron dos grandes Preguntas : ¿Qué posibilidades se abren con este cambio?, ¿Qué estoy dejando al irme de mi país? Todo cambio es vivir un duelo… porque dejas parte de tu propia identidad en lo que abandonas y te desapegas, por opción propia o porque llego sin previo aviso… Te invito a escuchar este podcast y a seguirme en Instagram https://www.instagram.com/mujer_apreciativa/ Si te hizo sentido este podcast, califícalo! Coméntalo! Y compártelo! Feliz que sigamos conectadas!!!!💜✨🙏