
Que difícil es sanar ¿no?
Cuando hablamos de sanación todo suena muy lindo, pero el proceso es muy doloroso. Nos toca enfrentarnos a todo eso que evitamos por años y recordar muchas cosas que quisiéramos simplemente olvidar.
Sanar, aunque doloroso también es maravilloso, porque nos abre la puerta a conocernos realmente. A entender quienes somos y quienes queremos llegar a ser.
Sanar sin duda alguna vale la pena, porque es ponerte por encima de los miedos, angustias e incertidumbres del camino.