Hoy quiero hacer una pausa para hablarte de algo que, honestamente, me ha tenido pensando mucho.
Este episodio será más bien una invitación: a mirar de otra forma, a escuchar distinto, a quedarte en esas conversaciones que a veces incomodan, pero que nos hacen más humanos.
Desde que soy mamá, algo cambió en mí. No porque todas tengamos que ser madres, sino porque el acto de maternar —como verbo, como acción colectiva— me enseña todos los días a sostener, a cuidar, a ser compasiva incluso en medio de la incertidumbre.
Este episodio es un recordatorio: que quizás lo que más necesitamos no es más control ni más respuestas, sino más humanidad.
Espero que lo escuches, que lo sientas, y que si resuena contigo, lo compartas con alguien más.
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