
En tan solo 10 minutos, Lucas nos transporta a un mundo introspectivo y filosófico. Sentado ante la ventana, observa cómo el mundo continúa girando implacablemente mientras él trata de capturar sus pensamientos. Expone la dualidad de las personas que buscan frenar el mundo y encontrar momentos de pausa, mientras otros tratan de acelerar y dominar el tiempo. A medida que el mundo sigue su curso, se da cuenta de que nuestras vidas están marcadas por el ritmo inmutable del tiempo. A pesar de los deseos de cambio y transformación, el mundo tiene su propio tiempo y su propio ritmo. Lucas anhela momentos compartidos en submundos íntimos y valora las conexiones que hacen que su tiempo sea significativo. A medida que se prepara para enfrentar las demandas del mundo exterior, encuentra la belleza en la sincronización y el baile del tiempo, buscando encontrar un espacio para la conciencia global y la conexión con los demás en este vasto y siempre cambiante mundo.