
Oliver Stone te vende ideología y funciona. Disney lo intenta… y fracasa. En este video cuento por qué creo que Oliver Stone se convirtió en un referente del cine político: mete ideología sin pedir permiso, pero sin dejar de hacer películas potentes, provocadoras y, sobre todo, entretenidas. Mientras tanto, Disney parece más preocupado por empujar ciertos mensajes que por contar buenas historias, y eso se nota en la forma en que el público ha dejado de conectar con sus películas. Al final, la diferencia no está en el mensaje, sino en cómo se hace cine.