En el Museo Rodin de París, Dior presenta su colección en un escenario en el que destacan los mosaicos de la artista feminista neoyorquina Faith Ringgold. En la Sala Pleyel, Stéphane Rolland celebra los poemas de Jacques Prévert y las fotografías de Brassaï. Y en el Palacio de Tokio, la diseñadora de moda japonesa Yuima Nakazato trabaja con el coreógrafo belga Sidi Larbi Cherkaoui. Puede que la alta costura no sea una forma de arte, pero es un arte aplicado que transmite emociones extraordinarias.