
El cruce donde hoy se levanta la estación **Pino Suárez** no es cualquier sitio. Antes de la llegada de los españoles, allí había chinampas, canales y templos dedicados a los dioses. Entre ellos estaba **Ehécatl, el dios del viento, a quien se ofrecían oraciones y sacrificios para que limpiara el aire y guiara las lluvias. Durante la construcción del metro, en los años sesenta, los obreros hallaron el adoratorio de este dios, oculto durante siglos bajo la tierra. Desde entonces, muchos aseguran que el subsuelo de Pino Suárez guarda presencias que no han podido irse.