La reciente suspensión de la que sería la X Cumbre de las Américas, programada originalmente del 1 al 5 de diciembre de 2025 en Punta Cana, República Dominicana, marca un giro inédito en la historia de este foro hemisférico de jefes de Estado. Las autoridades dominicanas, en consulta con la Organización de los Estados Americanos (OEA) y con el respaldo declarado de Estados Unidos, explicaron que la decisión se basó en “profundas divergencias políticas” en el continente y las dificultades para garantizar un diálogo productivo bajo el actual contexto geopolítico. Una suspensión que no ocurre desde la primera Cumbre realizada en Miami en 1994.
El aplazamiento de este evento hasta el 2026, revela la magnitud de las fracturas políticas que atraviesan el hemisferio. Para algunos analistas, hay muchas razones para el desencuentro: desde la exclusión de regímenes autoritarios, hasta la poca capacidad de articulación regional, así como las preocupaciones que produce el despliegue militar estadounidense en el Caribe. Todo lo cual limita las posibilidades de alcanzar algún entendimiento y mucho menos un acuerdo ante una agenda común tan compleja y desafiante.
Y es que la Cumbre de las Américas desde sus orígenes ha sido concebida como el espacio para articular cooperación política, económica y social hemisférica, su diferimiento nos habla de un retroceso en la confianza para articular posiciones comunes frente a desafíos compartidos: migración, crimen organizado, cambio climático o subdesarrollo. En ese sentido, la región se encuentra ante la falta de un foro multilateral que permita amainar la polarización y renovar la institucionalidad internacional, ante una región que demanda respuestas conjuntas.
En este escenario de desconexión, en el que el multilateralismo vive sus horas más amargas cabrían varias preguntas: ¿cuál será el futuro de la política si ante la disparidad de puntos de vista la respuesta es la suspensión de este tipo de eventos? ¿Podemos avanzar en una agenda común solo si existe sintonía ideológica? Vivimos el prefacio de una etapa de mayor confrontación hemisférica? En este episodio intentaremos dar respuestas a estas interrogantes.
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Los resultados de las elecciones parlamentarias del pasado domingo 26 de octubre de 2025 en Argentina, representan una consolidación de la Libertad Avanza, la coalición política que lidera el Presidente Javier Milei. La gran sorpresa, fue que la alianza oficialista logró más del 40 % de los votos a nivel nacional, posicionándose como primera fuerza y logrando ganar en 15 de las 24 provincias. Este resultado le otorga una base parlamentaria mucho más sólida para los dos años que le quedan al gobierno. Un balón de oxígeno para reforzar las medidas de ajuste presupuestario y control fiscal que tanta resistencia tuvo por el peronismo desde el Congreso.
Unos resultados que más allá de su contundencia invitan a la reflexión de muchos matices, tanto en lo atinente a la participación, apenas del 68% una de las cifras más bajas en términos comparados. Por otra parte, cabe destacar que el oficialismo no tiene garantizada la mayoría absoluta en el Congreso, lo que plantea que la gobernabilidad seguirá dependiendo de negociaciones, alianzas puntuales y la capacidad de construir consensos, aunque no con el antagonismo legislativo que ha tenido durante la primera mitad de su mandato.
Para entender los principales rasgos del nuevo escenario político argentino nos acompañó en este episodio Luis Tonelli. Profesor e investigador en Ciencia política en la Universidad de Buenos Aires y experto en historia y presente del sistema político argentino. Con su apreciación intentaremos descifrar las implicaciones de estos resultados para las próximas etapas del gobierno de la Libertad Avanza. Cómo se reconfigura el mapa político argentino a nivel nacional y provincial, y qué lecciones podemos extraer desde la perspectiva democrática y ciudadana. De igual manera cabría preguntarse ¿qué perfil internacional asume la Argentina, después del respaldo financiero recibido por Donald Trump? ¿hacia dónde se encamina la Argentina de los próximos años?
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Dentro de las elecciones que cierran este año 2025 en la región, destacan los comicios en Honduras. Más de 6.5 millones de votantes están convocados a las urnas este 30 de noviembre para elegir presidente, los integrantes del Congreso Nacional y su representantes al Parlamento Centroamericano. En este episodio de Mirada Semanal, ponemos la lupa sobre el panorama electoral hondureño, un evento que pondrá a prueba en buena medida la madurez democrática del país. Unas elecciones cargadas de tensiones políticas, sostenida desconfianza institucional y una ciudadanía aquejada por problemáticas ya conocidas como la corrupción administrativa, la inseguridad ciudadana y el subdesarrollo económico, a pesar de las ambiciosas promesas del retorno de la izquierda durante el gobierno de Xiomara Castro.
Y es que desde las propias elecciones primarias del pasado mes de marzo, ya se han encendido las alarmas: irregularidades en el conteo, retrasos en la apertura de centros de votación y denuncias de manipulación de resultados han dejado al descubierto las fragilidades del propio sistema electoral. Aun con todo, partidos y candidatos afinan estrategias. Por una parte el oficialismo, apoya su campaña plantear la continuidad como una necesidad nacional y con ello garantizar la estabilidad que permita avances en su agenda de políticas sociales a través de la figura de Rixi Moncada. Sin embargo desde la oposición, se promete un cambio de rumbo para Honduras que para importantes sectores del electorado luce aún incierto. Lo cual se refleja en la fragmentación del voto opositor entre Salvador Nasralla y Nasri Asfura de acuerdo a las principales encuestas pre-electorales.
A esto se suma la observación internacional, que advierte sobre la vulnerabilidad institucional y los riesgos que esto conlleva en contextos de alta polarización social como es la Honduras del 2025. Dicho de otra manera, Honduras llega a esta cita electoral en un equilibrio frágil, donde el resultado podría redefinir no solo el liderazgo político, sino la propia salud democrática de las instituciones hondureñas. En este contexto, nos preguntamos ¿está Honduras preparada para un proceso electoral transparente, pacífico y legítimo, o se avecina una nueva crisis política en este país centroamericano? Para abordar esta cuestión nos acompañó Cecilia Rodríguez Balmaceda. Profesora de Ciencia Política en la Universidad de Burgos e Investigadora del Instituto de Iberoamérica (USAL). Forma parte del Proyecto Elites Parlamentarias de América Latina (PELA USAL), y del Proyecto Polarización afectiva en democracias avanzadas: el impacto de las élites políticas en la ciudadanía en España (ELITPOLAR) de la Universidad de Burgos. Una voz calificada sobre la historia, la política y el el panorama electoral hondureño actual.
Analistas:Manuel Alcántara SáezMaría Puerta RieraInvitada:Cecilia Rodríguez BalmacedaEdición y Conducción:Xavier Rodríguez FrancoSíguenos también en redes sociales:Twitter............................https://www.twitter.com/Latinoamerica21Facebook.......................https://www.facebook.com/Latinoamerica21Instagram.......................https://www.instagram.com/Latinoamerica_21LinkedIN.........................https://ar.linkedin.com/company/latinoamerica21Apóyanos aquí:Anchor.....................https://podcasters.spotify.com/pod/show/latinoamerica21/support
La reciente concesión del Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado, constituye un histórico reconocimiento que trasciende su figura personal y coloca nuevamente a Venezuela en el centro del debate global sobre la lucha por la recuperación democracia y en especial la resistencia cívica en contextos autoritarios. El anuncio del Comité Nobel como es ya costumbre, ha generado una ola de reacciones: entusiasmo entre los sectores democráticos dentro y fuera del país por una parte, por la otra irritación e inquietud en el gobierno de Nicolás Maduro cada vez más aislado en su afán de perpetuidad en el poder. Un premio que refuerza la importancia que tiene el papel del liderazgo femenino en las luchas políticas de nuestro continente. En este sentido, Machado más que un símbolo de la oposición política venezolana, representa también una de las voces más firmes contra el autoritarismo y el deterioro democrático que aqueja la vida política contemporánea. Asimismo, este galardón destaca la importancia del activismo no violento y la persistencia de una sociedad civil que, pese al exilio, la represión y la censura, sigue apostando por un cambio democrático tal como lo demostró en 2024.
En el actual contexto geopolítico en el que se encuentra Venezuela ¿qué implicaciones concretas tiene este premio Nobel? ¿Podrá traducirse en nuevas oportunidades para la oposición venezolana de recuperar la democracia? ¿O será más bien un reconocimiento, sin efectos prácticos inmediatos para su causa? Y es que detrás del premio hay algo más que una medalla y un diploma: hay una pregunta urgente sobre el futuro de la lucha política en uno de los países más golpeados, pero también más resistentes de la región.
Para examinar el complejo tablero geopolítico en el que este premio es otorgado, nos acompaña en este programa Juan Manuel Trak. Politólogo venezolano, Doctor por la Universidad de Salamanca y experto en análisis cuantitativos de datos aplicados a la política. Con su respaldo analítico nos adentraremos en el marco de las crecientes tensiones entre el despliegue militar estadounidense en el caribe y el atrincheramiento del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.
Analistas:Invitado:Edición y Conducción:
El pasado 9 de octubre de 2025, una vez más el Congreso fue epicentro de una nueva moción de vacancia. Un nuevo episodio en la convulsa historia política contemporánea del Perú. Tras conseguirse por una abrumadora mayoría de 122 votos de 130 legisladores, se dictamina la destitución inmediata de la presidenta Dina Boluarte, quien habría sido declarada en situación de “incapacidad moral permanente”. Siete presidentes en los últimos nueve años. En el caso particular de la caída de Boluarte se produce tras años de crisis social y de seguridad que erosionaron su legitimidad: protestas multitudinarias —especialmente en las zonas rurales—, acusaciones por uso excesivo de la fuerza en la represión, investigaciones penales en curso por presunto enriquecimiento ilícito, y escándalos recientes como el conocido “Rolexgate” por relojes y joyas costosas no declaradas.
Además, se le reprocha a su gobierno la improvisación y en especial su incapacidad para frenar la ola creciente de criminalidad, con el sicariato, extorsión y violencia callejera como realidades cada vez más comunes. El proceso parlamentario fue rápido: Boluarte emitió un mensaje a la nación pregrabado desde el Palacio de Gobierno en el que aceptaba su destitución, sin embargo, su alocución fue interrumpida abruptamente por los canales de televisión en el momento en que comenzó a enumerar logros o hacer un balance de su gestión. Minutos más tarde abandonó el palacio presidencial quien habría sido la primera mujer en ocupar la presidencia de su país.
El nuevo liderazgo interino recae sobre José Jerí, presidente del Congreso, quien asume la presidencia del país hasta la convocatoria de elecciones generales en abril de 2026. Una nueva transición política que se da en un contexto llenos de desafíos para restaurar confianza social, reforzar la seguridad ciudadana y en especial reponer una clase política cada vez más fragmentada.
Analistas:Manuel Alcántara SáezMaría Puerta RieraEdición y Conducción:Xavier Rodríguez Franco.
Durante la Asamblea General de las Naciones Unidas celebrada en Nueva York del 9 al 28 de septiembre de 2025, América Latina tuvo una presencia notable y diversa. Reflejando una vez más heterogeneidad ideológica y política de la región. Presidentes, cancilleres y ministros de casi todos los países latinoamericanos se dieron cita para exponer sus principales preocupaciones, desde los conflictos internacionales hasta la reforma institucional del propio sistema de la ONU. Varios mandatarios denunciaron la inacción de la comunidad internacional en grandes conflictos como el de Gaza y llamaron a una respuesta más firme frente al sufrimiento de miles de civiles. Más allá de las diferencias políticas, el mensaje común fue la defensa del principio de paz, considerado pilar fundacional del organismo multilateral.
Por otra parte, el cambio climático ocupó también un lugar central para las voces latinoamericanas. Países como Colombia o Costa Rica insistieron en la urgencia de la acción colectiva y la necesidad de una financiación justa para mitigar sus efectos. La región se mostró consciente de su vulnerabilidad ante los desastres naturales, las amenazas a la biodiversidad y de su rezago en la transición hacia economías más sostenibles. Otro de los aspectos notorios en el debate, fue la reforma de la ONU, impulsada por la iniciativa ONU80. Varios Estados, entre ellos Panamá, Perú y República Dominicana, coincidieron en la importancia de modernizar la organización, reducir la burocracia y revisar el poder de veto en el Consejo de Seguridad, entre otras limitantes que presenta esta organización mundial.
Adicionalmente, se abordaron temas como el crimen organizado, controles migratorios y la regulación de la inteligencia artificial. Aunque esta última recibió menos atención, Costa Rica advirtió sobre los riesgos de la desinformación y los ciberataques. En este sentido, si bien América Latina proyectó una imagen activa, crítica y dispuesta a participar en la renovación del orden multilateral, sigue evidenciando su poca capacidad de articulación como bloque regional. Tema que analizaremos en detalle en este episodio de Mirada Semanal.
Analistas:Edición y Conducción:
En la vida social de nuestro tiempo cada vez es más frecuente la proliferación del extremismo y la violencia política, y especialmente el fenómeno de la desinformación se ha convertido en uno de los principales desafíos para el funcionamiento de las democracias. Si bien la manipulación informativa no es un fenómeno nuevo, su impacto y proliferación se ha intensificado en las últimas décadas debido a la expansión de las redes sociales y la fragmentación de los espacios de debate público. La complejidad de la desinformación no se limita a la difusión de noticias falsas, sino que involucra también la tergiversación de datos ciertos, el uso selectivo de la información y la amplificación de narrativas polarizantes que erosionan la confianza ciudadana en las instituciones.
Y es en ese contexto social, en el que la información que alimenta el debate público se contamina por noticias engañosas. Los ciudadanos enfrentan serias dificultades para evaluar opciones políticas, formarse un criterio propio y participar con confianza en la vida pública. Y es que la desinformación condiciona la acción colectiva, debilita los consensos básicos y lamentablemente fomenta la radicalización ideológica, como lo hemos evaluado en episodios anteriores. Considerando además, que las redes sociales han sido diseñadas para maximizar el tiempo de uso, terminan favoreciendo la propagación de mensajes sensacionalistas o polarizantes por encima de contenidos verificados y contrastados. Creándose consigo un ambiente comunicacional en el que las emociones y las percepciones tienden a imponerse sobre los hechos, favoreciendo la creación de burbujas informativas en las que los usuarios quedan expuestos principalmente a aquello que refuerza sus creencias previas. Fomentando consigo una mayor fragmentación social y restringiéndose la posibilidad de establecer un debate democrático abierto, plural y constructivo.
Para examinar cuáles pudieran ser las mejores prácticas para navegar esta desinformación, nos acompañó en este episodio Raisa Urribarri. Periodista e investigadora venezolana en el CIEPS, cofundadora del capítulo local de Internet Society. Con su apoyo analítico, intentaremos entender los orígenes y alcances de este fenómeno social y en especial como fortalecer la educación digital de los ciudadanos y construir espacios de deliberación democrática.
Analistas:
Invitada especial:
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Durante los últimos días buena parte de la opinión pública ha puesto en evidencia, la profunda y peligrosa división política que persiste en la sociedad estadounidense, tras el trágico asesinato del activista Charlie Kirk, en un campus universitario de Utah. Un nuevo episodio mortal de violencia política, que ocurre en una nación en la que la polarización extrema alcanza unos registros de asesinatos e intentos de homicidios, desconocidos en los últimos sesenta años. Un reflejo inequívoco del deterioro de la democracia y en especial de la cultura de tolerancia y pluralidad. Situación que, como hemos reseñado en otros episodios de Mirada Semanal, lamentablemente tiene precedente en otros países, incluyendo a nuestra región. Tal como ha ocurrido el reciente asesinato del senador Miguel Uribe en Colombia, el candidato presidencial Fernando Villavicencia en Ecuador o la alcaldesa Martha Laura Mendoza México, entre otros casos en toda América.
Y es que cuando las instituciones democráticas y el espacio público no pueden contener a los extremismos, el debate se limita y los discursos predominantes trivializan la narrativa y los actos de odio, la violencia se instala con funestas consecuencias. Lamentablemente la violencia política se ha hecho práctica habitual en nuestros días. Desde la vandalización en las protestas, los escraches a las figuras públicas, la brutalidad represiva policial selectiva, las agresiones a la prensa, los parlamentarios insultándose, hasta los discursos estigmatizantes que emplean muchos presidentes en funciones. Creándose una narrativa sectaria y excluyente, que identifica a la discrepancia o a la divergencia, como enemigos públicos.
En este sentido, ¿qué origina y alienta esta violencia política en nuestras sociedades? ¿qué mecanismos de contención podría plantearse desde las instituciones democráticas? y en especial, ¿qué pudiéramos hacer los ciudadanos para desarmar el discurso y las narrativas de odio que predominan en la conversación política de nuestra cotidianidad?
Recientemente se celebró en México el XIII Congreso Internacional de Ciencia Política en las instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Ciudad de México. Un encuentro académico en el que además de abordar los temas clásicos como políticas públicas, partidos políticos y elecciones, se abordaron otros que dan cuenta de nuevos desafíos que atañen a la sociedad política de nuestro tiempo. Todo lo cual nos lleva a plantearnos, ¿qué capacidad de respuesta puede llegar a tener la academia en contextos políticos, como el mexicano en otros de alta polarización, desafección política y desinstitucionalización democrática? ¿Qué papel tiene la academia en México en términos de mejora a la cultura política?
Cuestiones de gran pertinencia, no tan solo en el caso de México, sino a nivel hemisférico tales como la corrupción, migraciones o los usos de la inteligencia artificial en la política. Para entender la actualidad y pertinencia de esta relación entre política y academia en México nos acompaña una vez más Azul Aguiar-Aguilar. Profesora de Ciencia Política de la Universidad de Guadalajara, Dra por la Universidad de Florencia y experta en teorías de la democracia, instituciones políticas y política judicial comparada. Desde 2023 presidenta de la Asociación Mexicana de Ciencia Política y organizadora de este Congreso. Con su reseña de este evento intentaremos examinar la actualidad de la disciplina en el difícil contexto de deterioro democrático que vivimos en la región.
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La noche del pasado domingo 07 de septiembre, en voz del propio presidente Javier Milei se consuma la derrota política más importante en lo que va de mandato. Los resultados de las elecciones provinciales, especialmente en la de Buenos Aires, fueron contundentes. Y es que el partido Fuerza Patria resultaría ser la fuerza política más votada con el 50%, mientras que el partido de Milei, La Libertad Avanza conseguiría el segundo lugar con el 31%. Unos comicios políticamente trascendentes considerando que además de tratarse de la provincia electoralmente más grande del país, ocurre a pocas semanas de las elecciones legislativas de mitad de mandato de octubre próximo. Una derrota sin atenuantes, que deja importantes mensajes políticos tanto para el oficialismo como para la oposición.
En esta contienda destaca la figura de Axel Kicillof, gobernador de Buenos Aires y principal protagonista de una reactivación del peronismo, el cual sigue en su búsqueda por la renovación política desde la oposición. Sin embargo, desde su mensaje de festejo, Kicillof no desaprovechó la ocasión para agradecer a sus electores y en particular, a la ex-presidenta Cristina Kirchner, a pesar de su probada responsabilidad y condena por la corrupción política. Lo cual en buena medida impulsó considerablemente el respaldo electoral hacia Milei y su movimiento libertario. En este contexto cabría preguntarnos ¿cuáles serían los mensajes del electorado más importantes de estos comicios? ¿Qué capacidad tendrá el gobierno de Milei para encajar la derrota y gestionar nuevas estrategias de gobernabilidad con en una oposición reforzada? Por otra parte, con lo ocurrido en esta elecciones provinciales ¿la fórmula política «Fuerza Patria» en Buenos Aires, será la respuesta suficiente para que el peronismo pueda contener políticamente los dos años que le quedan a Milei?
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A lo largo de los últimos días se ha incrementado la presencia naval estadounidense en las inmediaciones de las costas venezolanas, tensionando aún más la compleja geopolítica del Caribe. Y es que recientemente los EEUU calificó el sobrevuelo de dos aviones F-16 venezolanos cerca de uno de sus destructores como "una acción altamente provocadora", la cual se produce pocos días después de la destrucción de una embarcación presuntamente destinada al tráfico de drogas que se dirigía a Trinidad y Tobago. Todo lo cual aumenta la presión política y militar sobre el régimen de Maduro y sus actividades ilícitas en la región.Incidentes en el plano militar, que ocurren al mismo tiempo en el que se registran distintas respuestas diplomáticas de otros países del Caribe, Centro y Sudamérica con respecto a las operaciones antinarcóticos de EEUU. Tal como el propio Secretario de Estado Marco Rubio ha destacado en su reciente visita a Ecuador y México. En este contexto cabría preguntarse ¿qué elementos de doctrina militar tiene la política exterior estadounidense en su confrontación con el régimen de Maduro? ¿qué implicaciones geopolíticas deben tener en cuenta los gobiernos de la región? y en especial ¿qué nivel de efectividad pudiera llegar a tener este despliegue militar a efectos de un cambio político en Caracas?Para examinar las particularidades que tiene la geopolítica del Caribe, nos acompañó para este episodio Víctor Mijares. Politólogo internacionalista, profesor e investigador de la Universidad de los Andes (Uniandes) quien ha dedicado buena parte de su actividad profesional a los estudios de seguridad internacional, política exterior y regímenes autoritarios. Fundador además de Geostrategos, un laboratorio dedicado a la enseñanza y capacitación en análisis de riesgo global. Con su respaldo analítico, intentaremos explicar el contexto geopolítico y el alcance de estas crecientes tensiones entre Washington y Caracas.Analistas:Manuel Alcántara SáezMaría Puerta RieraInvitados:Víctor MijaresEdición y Conducción:Xavier Rodríguez Franco.
Las aguas del caribe oriental han sido en los últimos días el escenario de un importante despliegue militar estadounidense que incluye al Grupo Anfibio de Despliegue Inmediato y varios destructores con capacidad misilística tipo Arleigh Burke. Una movilización que además incluye 4.500 soldados y hasta un submarino nuclear que además de fortalecer su presencia naval contra los cárteles de drogas que operan en el Caribe, buscan elevar la presión contra el régimen de Nicolás Maduro.
Si bien la naturaleza de este despliegue militar no sugieren operaciones de desembarco u ocupación en territorio venezolano, representa una exhibición de fuerza sin precedentes en las ya tradicionales tensiones entre Washington y Caracas. Un ejercicio de coerción contra uno de los régimen más represivos del hemisferio y su red internacional de negocios ilícitos, el cual pudiera además profundizar las fisuras del propio régimen venezolano.
Y es que desde 15 de marzo de este año, el presidente Donald Trump invocando la Ley de Enemigos Extranjeros comenzó un proceso de deportación masivo de ciudadanos venezolanos acusados de formar parte del Tren de Aragua. Incluida en la lista de organizaciones terroristas, acusada de invadir territorio estadounidense. Lo cual presagiaba una nueva escalada de tensiones bilaterales, negociaciones fallidas, nuevas sanciones y un despliegue militar en sus costas. En este sentido, cabría preguntarnos ¿qué alcance real tendrá esta movilización marítima? ¿qué objetivos estratégicos busca la administración Trump? ¿estamos frente a una posibilidad real de cambio político en Venezuela?
Analistas:
Manuel Alcántara Sáez
María Puerta Riera
Edición y Conducción:
Xavier Rodríguez Franco.
Tras dos décadas de hegemonía política de la izquierda, en Bolivia se ha consolidado un cambio político histórico a través del voto. Más 6.9 millones de bolivianos el pasado domingo 17 de agosto escogieron un panorama político diferente en el que el Movimiento Al Socialismo (MAS) partido hegemónico de la izquierda boliviana, consigue su mayor derrota electoral y con ello buena parte de su influencia en el nuevo panorama político, que terminará de definirse en segunda vuelta para el mes de octubre. Para el balotaje se presentarán el senador Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano quien obtuvo el 32% de los votos, y el expresidente Jorge Tuto Quiroga con otro 27% de los sufragios.
Un nuevo esquema en el que sorprende la figura de Rodrigo Paz Pereira, hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, ya que en la mayor parte de los sondeos de opinión no figuraba como opción clara para pasar a la segunda vuelta. Cabe destacar que en tercer lugar, con más de un 20% del electorado, está el candidato liberal Samuel Doria quien con su posible adhesión, pudiera ser un factor decisivo los próximos días.
Para entender los pormenores del nuevo mapa político boliviano que comienza a configurarse con esta elección, nos acompañó Franz Flores. Politólogo profesor e investigador de la Universidad San Francisco Xavier en Sucre, Bolivia. Articulista en L21 y Doctor en Ciencias Sociales con mención en Estudios Políticos por FLACSO-Ecuador. Con su apoyo analítico, destacaremos las principales claves de este cambio político, las explicaciones de este desplome electoral del MAS, así como también cuáles son las propuestas de los candidatos que siguen en carrera.
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Un total de 12 años de prisión domiciliaria, inhabilitación para el ejercicio de funciones públicas y multa aún por determinar, fue la sentencia contra Uribe Vélez conocida el pasado 01 de agosto. Una condena que si bien, ha sido apelada por parte de la defensa del expresidente representa una conmoción importante en la escena política colombiana, habida cuenta especialmente las reiteradas alusiones que ha hecho sobre el proceso judicial el Presidente en funciones de Gustavo Petro.
Fraude procesal y soborno de testigos, fueron los cargos de los que se determinó culpable. Entretanto, las tensiones entre detractores y defensores del ex-mandatario, se hicieron presente fuera del juzgado, del que se ha conocido como el "siglo del juicio". A partir de ahora, será el Tribunal Superior de Bogotá el que en las próximas semanas deberá estudiar la documentación del recurso de apelación, en el que con toda certeza se incluirán las diferentes irregularidades sobre el proceso judicial en el que se ha podido constatar parcialidad, especialmente en el manejo de la carga probatoria.
Sin embargo, ya hay una sentencia en firme cuyos efectos políticos ya se han hecho sentir en la opinión pública. Para abordar un complejo contexto político signado además por la reiterada violencia política, nos acompañó en este episodio Iván Garzón. Abogado, profesor universitario, investigador y escritor, quien ha dedicado buena parte de su labor profesional a conocer las raíces históricas de la violencia política en Colombia. Con su perspectiva analítica examinaremos a fondo los efectos de este fallo, así como también las implicaciones que tendrá para la oposición política de Petro, de cara a las elecciones del año 2026.
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Dentro de las características que ha traído consigo el desplome democrático de nuestra región, destaca particularmente los ataques a la libertad de prensa, dirigidos desde el poder político. Además de los desafíos que implican la inteligencia artificial, las campañas de desinformación y estas amenazas gubernamentales, en los últimos años se ha venido desarrollando un periodismo de resistencia democrática, que ha conseguido abrirse camino ante la adversidad. En el caso venezolano, así como muchos otros países de la región como Nicaragua, Cuba, México, Colombia o El Salvador, el trato a la prensa y las adversidades al espacio público impuestas al ejercicio del periodismo en cualquiera de sus formas, es reflejo inequívoco del deterioro democrático.
En este sentido, para comprender esta realidad es necesario ponderar la actualidad política en Venezuela a un año de uno de los fraudes electorales mejor documentados de la historia reciente. Un período en el que buena parte de la represión política ha sido contra periodistas, medios de comunicación y hasta redes sociales que siguen vetadas en el país.
Para examinar este contexto, nos acompañó en este episodio de Mirada Semanal Luz Mely Reyes. Periodista, escritora y directora del portal de noticias venezolano Efecto Cocuyo. Un referente de este periodismo de resistencia que ha conseguido seguir informando, documentando y divulgando la realidad nacional e internacional del país, a pesar del marco de persecución, hostigamiento y criminalización que en el caso de Venezuela, se ha consolidado como política de Estado.
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Invitada:
Invitada:Edición y Conducción
Desde el pasado mes de enero Guatemala inició una nueva etapa de su vida política, caracterizada entre otras circunstancias, por las tensiones institucionales entre el entrante presidente Bernardo Arévalo y el Poder Judicial. Una pugnacidad que ha continuado durante los primero meses de su mandato y que no ha mitigado el creciente descrédito político de la ciudadanía. Los escándalos de corrupción, la politización de la justicia, la inseguridad ciudadana y el estancamiento económico, siguen siendo parte de la cotidianidad de una democracia acechada por años de corrupción política a lo interno, así como también a nivel internacional por los efectos devastadores del crimen organizado, la migración forzada y la disgregación de políticas públicas a nivel regional, que permita un desarrollo sostenible en Centroamérica.
Ante tal estado de cosas, destaca la labor de distintos actores de la sociedad, en especial del activismo ciudadano guatemalteco, quienes se han organizado y han puesto las políticas públicas en el centro del debate, no desde las ideologías sino desde las ciencias sociales y análisis de la evidencia empírica. Lo cual representa una oportunidad para mitigar la desconfianza y el hartazgo de la sociedad hacia la política del país.
Para examinar la actualidad política de Guatemala, tanto en su perfil doméstico como internacional, contamos con la participación de Daniel Núñez y María Alejandra Erazo miembros de Diálogos Guatemala. Una organización no gubernamental que procura la promoción de soluciones y diseños de políticas públicas, basadas en el análisis de datos con lo cual contribuir a la resolución de problemas públicos tanto a nivel nacional como regional. En este episodio, pudimos analizar los alcances de este clima de descrédito político, al tiempo de conocer algunas soluciones que plantea el activismo ciudadano como es el caso de esta organización, en sus distintas áreas de trabajo.
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El pasado 15 y 16 de julio en Bogotá se celebra la primera cumbre del recientemente creado Grupo de La Haya, en el que líderes de varios países de la región y del mundo, buscan medidas diplomáticas que permitan un cese inmediato de hostilidades en Gaza. En el caso de América Latina destaca la participación de Colombia, Honduras, Bolivia y Cuba, naciones que desde el pasado mes de enero, además de denunciar y condenar la ofensiva israelí en territorios gazatíes, busca frenar el suministro de armas a Israel, al mismo tiempo de hacer cumplir las órdenes de arresto emitidas por la Corte Penal Internacional contra Benjamín Netanyahu por crímenes de guerra. Cabe destacar que este grupo está compuesto también por Malasia, Namibia, Senegal y Sudáfrica naciones que advierten de la gravedad de las masivas "violaciones del derecho internacional" en la gestión de este sangriento conflicto.
Si bien se trata de una iniciativa de países pertenecientes al llamado "Sur Global" cuenta con el respaldo de otras cancillerías a nivel mundial, sin embargo la declaración final del encuentro tuvo importantes ausencias como la de China, Brasil, Chile, Argelia y Egipto. En el caso de Colombia, el énfasis puesto por el Presidente Petro y su Cancillería, busca en buena medida un gesto simbólico con el que distrae la atención de las profundas tensiones políticas que afronta su mandato a nivel doméstico, como lo hemos examinado en Mirada Semanal en episodios anteriores. En este contexto, resulta interesante preguntarnos ¿cuál será el alcance real de este Grupo de La Haya en este conflicto? ¿qué rol desarrollarán los países latinoamericanos, especialmente gobiernos de inocultable talante autoritario como Cuba, Honduras o Bolivia?
Analistas:
Edición y Conducción:
Entre acusaciones, imputaciones e investigaciones judiciales ha transcurrido buena parte de la legislatura que dirige Pedro Sánchez como Jefe de Gobierno en España. Un mandato que proviene de una moción de censura contra Mariano Rajoy hace 7 años, precísamente por estar implicado en varias tramas de corrupción. Si bien buena parte de estos escándalos de presunto tráfico de influencia, prevaricación y desvío de fondos públicos aún sigue su curso judicial, el gobierno ha hecho costumbre emplear una narrativa exculpatoria dirigida contra sus opositores políticos, pero en especial contra jueces y periodistas. Generando un importante deterioro democrático y manteniendo en la opinión pública una exacerbación de la polarización en la que los extremismos hacen cada vez más difícil la convivencia democrática. Una forma de gestión en la que mantener a "la derecha fuera de las instituciones" ha sido su principal argumento legitimador, pero que en la práctica ha mantenido al país dividido y al sectarismo identitario instalado en la vida pública. Generando desconfianza y hartazgo en la ciudadanía tal como lo ha reportado desde hace años el propio Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Hablamos de un sistema político en el que sus dos fuerzas políticas tradicionales y predominantes, no han sido capaces de generar acuerdos, ni consenso de gobernabilidad que estén libre de acusaciones cruzadas. Empleando la lógica sectaria del "amigo-enemigo" y la polarización como mercancía política para pactar inestables alianza con partidos minoritarios a los extremos del arco ideológico. Entretanto, con el paso del tiempo la coalición oficial ha fortalecido su capacidad de sortear estas contingencias en los márgenes del estado de derecho, buscando la hegemonía del relato en los medios, erosionando los controles institucionales y en especial dividiendo aceleradamente a la sociedad española.
En Mirada Semanal decidimos examinar in extenso este complejo entorno político, las particularidades de su diseño constitucional y en especial cómo se manifiesta en España el deterioro democrático nuestro tiempo. Para lo cual la perspectiva comparada y la sociología de las tensiones tradicionales de su sociedad, son imprescindibles para entender este caldeado contexto político.
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Edición y Conducción:
Buena parte del deterioro democrático de los últimos años se expresa con mucha nitidez en el lucha de poderes que se da entre Parlamentos versus Presidentes. Una relación caracterizada por su tremenda crispación y hasta hostilidad, que trasciende la polarización razonable que todo sistema político puede tolerar para funcionar. A lo largo y ancho del hemisferio, esta turbulenta pauta de relación entre poderes públicos, además de condicionar el diseño y la implementación de las políticas públicas, influencia de manera perniciosa el ritmo de la opinión pública. Para este episodio haremos énfasis en los casos de Colombia y Costa Rica, dos democracias con larga tradición institucional, que con sus particularidades viven un momento de profunda conmoción frente a liderazgos personalistas con una notoria precariedad política para gestionar la contención parlamentaria en sus países.
En el caso colombiano, como lo hemos venido reportando en episodios anteriores, la incapacidad del Presidente Gustavo Petro de organizar equipos de gobierno funcionales, la acumulación de escándalos de corrupción y la limitada contención de los distintos factores del Pacto Histórico han supuesto a su vez una turbulenta relación con el Congreso. La reciente renuncia de Laura Sarabria ha vuelto a evidenciar esta debilidad política, de un presidente que maneja como principal recurso la narrativa exculpatoria ante sus desaciertos, la habituales acusaciones contra el capitalismo foráneo y el uso abusivo de la comunicación personalista en redes sociales. Por su parte, en el caso de Costa Rica, el pasado 01 de julio por primera vez en su historia, la Corte Suprema de Justicia le pide al Parlamento que le retire inmunidad a un presidente para proseguir su imputación en una supuesta trama de corrupción en la contratación de consultorías con fondos del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
Dos casos con circunstancias diferentes, pero que en buena medida dan cuenta del tipo de tensiones que se están dando entre poderes públicos, erosionando la salud institucional, la confianza de la ciudadanía en la política y profundizando aún más el deterioro democrático en la región. Parlamentos versus Presidentes, será el tema de esta nueva entrega de Mirada Semanal.
Para el presente episodio, en Mirada Semanal decidimos salirnos de nuestra región y examinar la imagen que se tiene de América, pero desde los Balcanes. Una imagen desde fuera, que nos permita complementar y entender desde otro punto de vista las dinámicas socio-económicas de nuestro continente, en el que quizá sea el momento de mayor heterogeneidad y fragmentación política de nuestra historia reciente. Una visión particularmente interesante, si consideramos que se da desde una región europea que históricamente ha tenido que convivir con los efectos de ideas tan antagonistas como la integración versus desintegración, o como el nacionalismo versus regionalismo como es el caso de los Balcanes.
De hecho, cuando se explica el proceso de fragmentación de unidades políticas que antes estuvieron juntas, se emplea el término "balcanización" en referencia a la desintegración reciente de lo que antes fue Yugoslavia. Sin embargo, considerando las profundas divisiones que presenta la política en el continente americano, esta noción podría trasladarse a lo que vive actualmente esta extensa región del mundo. No tan solo por las divisiones geográficas entre la América Anglosajona del norte y la América Hispana del centro y sur del continente, sino también la fragmentación política al interno de cada sociedad como producto del incremento de la polarización, el extremismo identitario y en suma, el sostenido deterioro de la calidad de nuestras democracias.
Para este episodio, desde Novi Sad Serbia nos acompaña Bojana Kovačević. Profesora y Directora del Centro Iberoamericano de la Universidad de Novi Sad en Serbia CIBAM y Presidenta del Comité Organizador del Congreso Internacional de Americanistas en la edición 2025. Experta además en literatura hispanoamericana y traductora de decenas de libros del castellano al serbio. Con su apoyo analítico conoceremos más sobre esta imagen de América, también desde la perspectiva académica balcánica.
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