
A veces no quiero que me hablen… ni los que amo.Y no, no es porque no los quiera. Es porque a veces estoy tan lleno de mí, que no me cabe nadie más. En este episodio confieso ese pensamiento incómodo: querer estar solo incluso de quienes más me hacen bien. ¿Te ha pasado? Bueno… bienvenida la culpa, el alivio, y la risa incómoda.
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