
Cuando aprendemos a vivir contentos con los que Dios nos da, sea mucho o poco, recibiremos una fortaleza maravillosa de parte de nuestro Señor Jesús que nos permitirá alcanzar nuestros objetivos y darnos cuenta que nuestra vida no depende de las circunstancias económicas y sociales externas, depende de nuestro Padre Celestial. Síguenos en Facebook.