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MI PUNTO DE VISTA NO ES TAN MALO.
Hoy vamos a hablar de un tema fascinante que, aunque quizás no lo hayas notado conscientemente, estoy segura de que lo has experimentado: el poder de la ropa sobre nuestra mente. Este concepto se llama Enclothed Cognition, o cómo la ropa que elegimos afecta no solo la forma en que los demás nos ven, sino también cómo nos sentimos, pensamos y actuamos.
Como asesores de imagen, este tema es clave, porque nos permite entender la profunda relación entre nuestra indumentaria y nuestra percepción personal. Pero no te preocupes, no voy a hablarte solo de teorías. Te contaré una experiencia reveladora con una clienta que transformó su forma de verse a sí misma, gracias a este concepto.
¿Alguna vez has notado cómo cambia tu estado de ánimo cuando te pones un conjunto que realmente te encanta? O cuando te vistes de manera más formal, ¿no te sientes más enfocado, más seguro de ti mismo? Ese es el efecto de la Enclothed Cognition. La ropa que usamos tiene un impacto real en nuestra mentalidad, en cómo nos percibimos y en cómo interactuamos con el mundo.
En mi trabajo como coach y asesora de imagen, uso este concepto para ayudar a mis clientes a mejorar su relación con la imagen que proyectan. Porque, al final del día, la ropa no es solo una cuestión de estética, sino una herramienta poderosa que afecta directamente nuestras emociones y nuestro desempeño.
Déjame contarte sobre una clienta que me marcó profundamente. Llamémosla Ana. Ana tenía 39 años y trabajaba en una empresa tecnológica, en un ambiente dominado por hombres. Se sentía insegura de su capacidad para liderar equipos, y aunque era muy competente, sentía que no la tomaban en serio. Al principio, pensé que esto tenía que ver con su estilo de comunicación, pero pronto descubrí que el problema iba más allá: era su imagen.
Ana solía vestirse de manera casual y con colores muy apagados. En sus palabras, "para no destacar". Me di cuenta de que la manera en que elegía su ropa estaba directamente afectando la manera en que se percibía a sí misma: como alguien que debía permanecer en las sombras.
La lección aquí es que la ropa no solo es una capa externa, sino una extensión de quiénes somos. A través del coaching, ayudé a Ana a entender que no estaba "vistiéndose" para impresionar, sino para empoderarse. Esa es la esencia de la Enclothed Cognition: la ropa no solo influye en cómo nos ven los demás, sino en cómo nos vemos a nosotros mismos y en cómo nos comportamos.
Esto lo puedes aplicar también en tu vida o con tus clientes. La próxima vez que tengas un reto importante, ya sea una entrevista, una reunión o un evento social, pregúntate: "¿Qué prenda puedo usar para sentirme más fuerte, más segura?"
Es importante entender que la Enclothed Cognition no se trata solo de qué te pones, sino de cómo eso te hace sentir y cómo influye en tus acciones. Si eres asesor de imagen o simplemente alguien que quiere sacar el mejor provecho de su vestuario, recuerda que la ropa es una herramienta poderosa que puede transformar tu percepción y comportamiento.