
Cuando llegamos a Cristo, tal vez no entendemos del todo qué significa ser santos. Pero la Biblia nos llama a ofrecer nuestra vida como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. Vivir en santidad es una forma de adoración y una respuesta de amor y gratitud a Él.
La santidad no es perfección, es una decisión diaria de apartarnos para Dios, dejando atrás lo que no proviene de Él. Recuerda: sin santidad, nadie verá al Señor. Él te llama hoy a vivir para Él en todo lo que haces.