Siempre había escuchado que octavo semestre era el semestre más duro que un estudiante de medicina en la FUCS podía afrontar, donde la salud física y mental podrían entrar en riesgo. Y no voy a negarlo, realmente es un semestre pesado y demandante. En este capítulo les cuento más a detalle un poco de lo que viví en este. Este semestre me dejó muchas lecciones, aprendí a que debo confiar más en mí y que cuando mil puertas se cierran y te sientas a oscuras...cuando Dios dice SÍ no hay NADA que vaya en contra de él porque Dios hace lo imposible posible.