
En un mundo donde todo parece perder su sabor, Jesús nos recuerda una verdad eterna: “Ustedes son la sal de la tierra.”Este mensaje revela que la sal no es solo un condimento, sino un símbolo de vida, pureza y propósito. En la antigüedad preservaba los alimentos, sanaba heridas y sellaba pactos incorruptibles. Hoy, sigue representando el llamado de Dios a mantenernos firmes, auténticos y llenos de Su esencia.Este episodio te invita a reflexionar:¿Estás siendo esa sal que transforma lo que toca, o te quedaste guardado en el salero?