
Nosotros necesitamos de Dios, de la sangre derramada por Jesús para el perdón de nuestros pecados, es un verdadero privilegio ser elegido por el Señor para proclamar el evangelio de la Gracia y cumplir un propósito celestial aquí en la tierra.
Dejemos atrás nuestras vidas vacías, sin sentido, Dios da rumbo a nuestro caminar, le servimos no porque Él nos necesite, nosotros necesitamos de su presencia en nuestros corazones.
Dios no necesita de mi para cumplir sus planes, pero Él ha decidido hacerlo conmigo, a través de mí y de ti mi estimado oyente.