
Hay ocasiones en que sentimos que de plano nos hemos excedido soportando el estrés por largo tiempo, hemos desarrollado la capacidad para desconectarnos de nuestras propias emociones, no somos a veces ni siquiera conscientes de la desmotivación en la que vivimos, nos andamos evitando a nosotros mismos, y es aquí cuando empezamos ( o ya estamos muy acostumbrados ) a vivir la fatiga emocional