
No entras en la maternidad solo por ti. También lo hacemos por la comunidad. La madre es el regalo. La comunidad reconoce que la vieja identidad de la mujer ha muerto y la nueva está emergiendo.
Durante los primeros años tras el parto es el sostén y apoyo y cuidados y reconocimiento de la comunidad que nos ayuda a reintegrar, vincularnos, sanar. Y nos ayuda a emerger de la experiencia misma sintiéndonos dignas, honradas, empoderadas y reconocidas.
Todas las que no han tenido la comunidad reflejándole y reconociendo todo el trabajo que han hecho, la iniciación tan profunda que han pasado, su lugar y rol sagrados siguen adelante porque tenemos un sistema de supervivencia increíble. Sin eso la reciprocidad está rota y las madres se sienten no vistas ni honradas y totalmente desorientadas, y eso a menudo se llama la depresión.
Sin cuidados de la comunidad, la sanación de la madre se prolonga y a menudo no llega a recoger y unir a toda su fuerza materna.
Sin la presencia de la comunidad, nuestra gente pierde toda la información, la sabiduría que la madre recolectó en su iniciación.
La comunidad es la parte más importante después del parto. Para ayudar a nuestro sistema nervioso sentirse seguro y a salvo. Y a nuestra psique sentirse vista, escuchada y sostenida. Estamos diseñados para co-regularnos, y necesitamos a otros, especialmente después del parto.
No puede ser cualquiera, sin embargo, tiene que ser alguien con quien la mdre se siente segura y bien.
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