
En Juan 1:35-39 vemos uno de los momentos más sencillos y profundos del evangelio: dos discípulos escuchan a Juan señalar a Jesús como el Cordero de Dios, y deciden seguirlo. Jesús los mira y les hace la gran pregunta: “¿Qué buscan?”. Ellos no tenían todas las respuestas, solo el deseo de conocerlo más de cerca. La respuesta de Jesús fue clara y cercana: “Vengan y vean”.
Este episodio nos recuerda que el discipulado no es un programa ni un curso, sino un llamado a caminar con Jesús, a estar cerca, a aprender de su vida y de su ejemplo. Hoy Jesús nos sigue preguntando lo mismo: ¿Qué buscas? y nos invita con la misma sencillez: Ven y ve.