
A partir de la Revolución Industrial, el capitalismo intentó expandirse hacia cada una de las esferas de la vida del sujeto. Se inició así un proceso de individualización y, por consiguiente, una atrofia de cualquier forma de experiencia colectiva. Se busca regular el comportamiento social para que lo comunitario no tenga lugar. Hay, sin embargo, una dimensión de la vida que todos compartimos: el sueño. Todos dormimos.
¿Es el sueño la última instancia ajena a la lógica del capital de la que se nos intenta despojar? ¿Y esto qué implicaría? En el episodio de hoy hablamos de un libro de Jonathan Crary que reflexiona sobre estas cuestiones.