
Durante la crisis sanitaria del 2020, mientras daba vueltas por Coyoacán buscando salir un poco de la rutina, encontré a Sam, en su auto, afuera de la iglesia de La Conchita en Coyoacán vendiendo discos. No les voy a mentir, los precios y las joyas que ahí encontré me hicieron regresar. Comparto esta interesante plática con alguien que vive para la música con la filosofía de acercarla a todo mundo.