En el camino de la meditación, descubrirás que no hay dos sabores sino una sola esencia, el sabor del amor.
La práctica de la montaña es un viaje, una indagación en una misma. Tener estabilidad y acogerlo todo como hace la montaña, será de gran ayuda durante la maternidad
Podrás con esta práctica gestionar contigo misma las emociones difíciles y las sensaciones desagradables y ser capaz de regular tus respuestas, cuidándolas amorosamente.
Con esta práctica encontrarás ese lugar en ti que siempre descansa, vivir acompañada de descanso da otra perspectiva diferente al maternar.
Para sujetarte a ti misma cuando sufres con el mismo amor y cuidado infinito con el que lo harías con tu bebé recién nacido.
Te permite esta práctica ser capaz de asentarte en la situación de dificultad con tus hijos/as tal y como es y sentirte mejor contigo misma.
Aquí tienes un potente recurso para utilizar en las situaciones difíciles que cómo madre puedas atravesar, en este caso para cuando tu hijo/a sufre.
Con esta práctica sembrarás semillas amorosas dentro tuyo, entrenarás tu mente y tus emociones para evocar la bondad amorosa que eres contigo y con tus criaturas.
Te invito a hacer de la escucha de este cuento ancestral una práctica de meditación. Recogerás auténtica medicina de agua.
Esta es una práctica profunda y silenciosa, necesitarás una nuez; la experiencia transformadora de esto consiste en llevar nuestra atención plena a la nuez.
Esta práctica del camino a la tierra te permitirá parar y habitar tu hermoso y poderoso cuerpo de mujer, abrazando todo lo que en él haya.
La mente funciona sola, es autónoma. Nuestra manera de actuar está determinada entre otras cosas por como tu mente piensa. Parar y observar tu mente, te permitirá relacionarte con lo que te sucede de una manera más equilibrada.
La respiración siempre ha ocupado un lugar central en las prácticas meditativas, la respiración nos mantiene vivas y nos interconecta con todo. Nos conectamos a la respiración y la contemplamos con amor. Eso es todo.