
Durante años pensé que mostrarme auténtico y vulnerable era suficiente. Pero el periodismo me enseñó lo contrario: lo que vendía era el morbo, no lo humano. Dejé la radio, la televisión y la prensa, me fui a Panamá, trabajé como freelancer y terminé escribiendo un libro. En el camino entendí que la vulnerabilidad sin estrategia es solo exhibicionismo, y que ser real no significa desnudarse sin filtro, sino elegir qué contar y para qué.
En este episodio hablo de cómo pasé de un propósito vacío a construir uno con dirección. De por qué no todo lo que amas debe convertirse en cárcel, y de la pregunta incómoda que deberías hacerte si te sientes atrapado en lo que llamas “tu pasión”.
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