Vivimos en un mundo donde constantemente se reclama nuestra atención. Todos los días algún tema se hace viral, surge algo nuevo o simplemente se nos pide algo más.
Los líderes son altamente demandados y necesitan aprender a mantenerse con la mente, el corazón y la ejecución puestos donde deben ir
¿Hay algo que pueda hacerse para evitar tantas interrupciones?
Pregunta difícil pero necesaria: ¿Y si el tóxico, difícil y villano soy yo? ¿Qué tal si los villanos no son los que nos rodean sino que hay algo en nosotros que necesita atención?