
Todos sufrimos, pero hay un dolor que pesa más que cualquier otro: el que nace de nuestros propios errores. Ese sentimiento de culpa, de fracaso y de impotencia que no nos deja en paz. En este episodio hablaremos de cómo enfrentar ese sufrimiento cuando somos nosotros mismos quienes lo provocamos. Veremos cómo Dios puede transformar la culpa en aprendizaje, la herida en sanidad y la caída en un nuevo comienzo.