
¿Por qué seguimos luchando con el pecado si somos cristianos? No porque tengamos una “vieja naturaleza” viva. Cristo ya la crucificó. La verdadera batalla está en nuestra mente y manera de pensar. Muchas veces caemos porque seguimos creyendo mentiras que ya no nos pertenecen.
Jesús ya nos dio la victoria. Nuestra tarea no es intentar ganarla… sino caminar en ella. Renueva tu mente, recuerda quién eres en Cristo, y vive la vida que Él ya te dio: libre, transformada y llena de propósito.