
En el capítulo 4 de Jonás, descubrimos que la historia no termina con Nínive, sino con el corazón de un hombre que aún necesita ser transformado. Julio, Josué y David nos acompañan en este cierre de temporada, recordándonos que la verdadera paz llega cuando alineamos nuestro corazón con el de Dios.