
Una mirada a la metáfora del rebaño
Era una tarde apacible, en la que la majestad de Dios se hacía presente a través de un crepúsculo de cielos en tonos anaranjados, que abarcaban todo el horizonte. El pastor se encontraba junto a su rebaño, ya recogido para el descanso de la noche; mientras las ovejas se iban acomodando unas cercanas a otras, el pastor elevaba su mirada al poniente, agradeciendo a Dios por un día más de labores, por un día más de vida que llegaba a su ocaso…