
Esta poesía nace desde el rincón más profundo de mi alma, como un tributo a mi madre, Rosilda, mujer de fuerza callada, de ternura inagotable, de fe firme y amor sin medida. Ella sembró en nosotros lo que no muere, y su memoria me acompaña cada día como abrigo de eternidad. La dedico también con amor y gratitud a mi nuera Isabel Cecilia, quien nos ha regalado la dicha de nuestra nietecita Sofía Isabel, Su maternidad valiente, dulce y generosa es un canto de esperanza en medio de los tiempos que vivimos. La extiendo a todas mis hermanas venezolanas, dentro y fuera de nuestra tierra, que crían, sostienen, luchan, oran y aman Feliz Día de la Madre. Con todo mi amor,