
Henry Royce no inventó el carro, pero lo perfeccionó hasta hacerlo eterno.
Esta es la historia del hombre obsesionado con cada detalle, que pasó de la pobreza absoluta a construir la marca más prestigiosa del mundo: Rolls-Royce.
Descubre cómo su disciplina, su perfeccionismo casi inhumano y su alianza con C.S. Rolls cambiaron la historia del automóvil y del diseño para siempre.
Una historia de constancia, excelencia y un recordatorio de que la perfección no nace de la suerte, sino del trabajo implacable.
“Lo que está bien hecho, aunque sea humilde, es noble.” – Henry Royce