
Una característica interesante de cualidades como el liderazgo es que son como el aire: podemos ignorarlas, pasar por alto su presencia aún cuando vivamos influenciados y favorecidos por ellas, pero resulta prácticamente imposible no darse cuenta cuando son deficientes o cuando de plano no existen.
Sansón es un gran ejemplo de aquel líder que tiene todo a favor, y termina cediendo a sus deseos, vanidad, e incluso a su sed de venganza.