
En 1971, un sótano de la Universidad de Stanford se transformó en una prisión improvisada. Lo que comenzó como un experimento psicológico terminó revelando algo aterrador: que la línea entre la bondad y la crueldad es mucho más frágil de lo que creemos.
Guardias que disfrutaban de la humillación. Prisioneros quebrados en menos de una semana. Un investigador que olvidó ser científico y se convirtió en director de prisión. El Experimento de Stanford no solo cambió la psicología… cambió la manera en que entendemos la naturaleza humana.
En este video exploramos el lado oscuro de la mente, y descubrimos por qué cualquiera de nosotros podría ser verdugo o víctima.