
El amor propio es el aprecio, respeto y aceptación que una persona tiene por sí misma. Implica reconocer tu valor, cuidar de ti física, emocional y mentalmente, y poner límites saludables en tus relaciones y entorno. No se trata de creerse superior a los demás, sino de entender que mereces bienestar, dignidad y felicidad, como cualquier otra persona.