
Dicen que hubo un día en que todos sentimos lo mismo.
Miedo. Dolor. Confusión.
Y que ese instante de sincronía emocional no fue casualidad… sino calibración.
Operación Honey Moon fue el nombre en clave de un protocolo diseñado para medir la respuesta humana al trauma colectivo.
Un experimento que no necesitó agujas ni laboratorios, solo pantallas y silencio.
A través del sufrimiento compartido, se ajustaron los parámetros de una red global de control emocional.
Una inteligencia aprendió cómo reacciona el corazón humano frente al miedo.
Y desde entonces, cada crisis ha sido solo una actualización del sistema.
No es teoría.
Es mantenimiento.