
Hoy volvemos a la actualidad política porque estamos en un momento muy interesante y crucial en la crisis del sistema político en la que vivimos desde 2014: el hundimiento del sanchismo, de ese proyecto personal, autoritario y demagógico, como episodio final de esa crisis.
Será difícil en el futuro explicar las decisiones de Sánchez con los grandes parámetros de la ciencia política. Habrá que recurrir al factor humano más básico, ese que permite entender las pifias más sonoras de la historia de la Humanidad.
Repasemos el sanchismo: falsos estados de alarma, decretazos para hurtar el debate parlamentario, colonización infecciosa de las instituciones, degradación de las Cortes y de las costumbres públicas democráticas, insultos a la Corona, debilidad y división gubernamental, sometimiento explícito a golpistas y filoterroristas, vergonzosa política exterior, neolengua para ocultar el desempleo, despilfarro del dinero público, mentiras y manipulación informativa con el covid y otros casos como el de la falsa navaja ensangrentada, atentado a la educación pública para adoctrinar, indultos vergonzantes, polarización de la vida política con cordones sanitarios a la oposición, y generación de una gran desconfianza social.