Gabriel creció pobre y prometió sacar a su familia de la pobreza. Se dedicó a hacer que eso sucediera tomando todos y cada uno de los trabajos que pudo. Hizo un poco de esto y un poco de aquello que resultó en ganar un dinero decente. Vendió de todo, desde Mary Kay hasta cuchillos de cocina... lo que sea, lo vendió... tenía pasión por tener éxito. Eventualmente, ese paciente se convirtió en una prioridad secundaria para él. Con el dinero que estaba ganando, llegaron las chicas, las fiestas y las drogas... drogas que eventualmente comenzó a vender una vez que se dio cuenta de cuánto dinero podía traer frente a la cantidad que estaba trayendo de manera honesta.