
En este episodio de “La órbita de Alberto”, acompañamos a Alberto, un niño curioso y aventurero, en una de sus misiones más increíbles: viajar al centro de la Tierra. Un cuento lleno de imaginación, ciencia y descubrimientos que mezcla la emoción de una gran aventura con el asombro de la exploración científica.
Alberto siempre hace preguntas que parecen imposibles. Esta vez quiere saber cómo es nuestro planeta por dentro. Su padre le ha contado que la Tierra es redonda y que la gravedad nos mantiene pegados a ella, que sin esa fuerza todos flotaríamos como en el espacio. Pero Alberto no se conforma solo con imaginarlo: quiere verlo con sus propios ojos.
Una mañana, decide seguir su instinto y se dirige hacia el viejo faro del puerto, al que su papá siempre llama de manera misteriosa “el faro delfín del mundo”. Lo que parece una simple torre junto al mar resulta esconder un secreto fascinante: un portal tecnológico que conduce al corazón de nuestro planeta. Dentro del faro, Alberto descubre una sala llena de pantallas, luces y máquinas. Allí encuentra un traje espacial plateado, un casco de cristal como una burbuja y un manual de instrucciones que revela la verdad: el faro es un ascensor-nave diseñado para viajar al centro de la Tierra.
Sin dudarlo, se coloca el traje, ajusta los guantes y activa los controles. La nave comienza a descender lentamente. A través de sus paredes transparentes, Alberto observa cómo cambian los colores del suelo, las rocas y los minerales a medida que se adentra en las profundidades. Ve capas de roca, fósiles de dinosaurios, corrientes subterráneas de agua, bolsas de petróleo y, finalmente, el manto, un mar de magma incandescente que ilumina la nave con tonos rojizos y dorados.
Durante el viaje, Alberto comprende que la Tierra no es un bloque sólido, sino un organismo vivo formado por muchas capas que trabajan juntas: la corteza, el manto y el núcleo. Cuando llega a la última de ellas, contempla una visión asombrosa: una gigantesca esfera metálica que gira con fuerza, rodeada de luz y energía. El núcleo de la Tierra brilla como un sol interior, y el escáner de la nave le muestra que está compuesto principalmente de hierro y níquel. Ese giro constante genera el campo magnético terrestre, una especie de escudo invisible que protege la vida del planeta frente a las radiaciones del Sol.
El niño, fascinado, graba todos los datos en un pequeño pendrive y decide regresar. Al llegar a la superficie, se quita el casco y vuelve a casa con una sonrisa. Su padre lo encuentra sentado en el sofá, con los ojos brillando y el pendrive en la mano. Alberto le cuenta toda la historia con entusiasmo: cómo bajó hasta el núcleo, cómo vio la roca fundida y cómo comprendió que la Tierra es algo más que un planeta; es un sistema vivo, dinámico y protector.
Este cuento, basado en los conocimientos científicos sobre la estructura interna de la Tierra, está diseñado para que los niños aprendan de forma amena y emocional. A través de la aventura de Alberto, se introducen conceptos como la gravedad, la composición del planeta, el campo magnético, la temperatura del núcleo y la diferencia entre corteza, manto y núcleo.
El cuento está narrado con una estructura emocional inspirada en la neurociencia educativa: la sorpresa activa la atención, la emoción facilita la memoria, y la historia ayuda a comprender los conceptos de manera duradera. La relación entre Alberto y su padre refuerza el vínculo afectivo y la idea de que aprender es un acto de amor compartido.
Temas que aborda el cuento:
Qué es la gravedad y cómo actúa sobre nosotros.
Por qué la Tierra es esférica y no nos caemos al “abajo”.
Cómo se estructura el planeta en capas.
Qué ocurre en el manto terrestre y qué es el magma.
Cómo se genera el campo magnético del planeta.
Qué diferencias existen entre la Tierra, Marte y la Luna en cuanto a gravedad y atmósfera.
Por qué la exploración científica nace de la curiosidad y la imaginación.