
La religión está diseñada para enfocar la atención y la energía de las personas en un solo ser supremo invisible, inmutable, inflexible que, según se alega, creó una raza humana inferior sólo por alguna clase de compañerismo extra y amor hacia él mismo, para luego, encajar un juego de reglas opresivas y en algunos casos arbitrarias, las cuales, si se rompen, se encuentra uno con un inimaginable castigo.
Esto mantiene a los seguidores en un continuo estado de miedo. Ellos tienen miedo de cuestionar las intenciones de este ser invisible y temen incluso, en muchos casos, expresar su propia individualidad. Los Cristianos y otros son enseñados que ellos no tienen virtualmente ningún poder para hacer algo excepto orar, rendir culto y hacer buenas obras.
Ellos son enseñados a practicar el auto-rechazo, y se les dice que su propia voluntad es totalmente irrelevante. Los seguidores religiosos creen que están rindiendo su voluntad a un benevolente individuo cósmico, quien él solo, con sus propias manos, creó todo el universo, y que tiene los mejores intereses en su corazón, cuando, de hecho, los seguidores están entregando su voluntad y libertades a grupos ocultos de elites religiosas para ganancias personales de estas elites. Degradando, humillando a sus seguidores para glorificar a algun Dios. En la Orden del dragón creemos que no se debe venerar ni rendir culto a ningún dios ni mucho menos depender de lideres religiosos para lograr el despertar espiritual, sino buscar dentro de nosotros mismos a través de la meditación e instrospección. Porque dentro de nosotros están las respuestas a aquellos temas que nos agobian.